PRIMER SILENCIO
“…las mujeres jóvenes que
eran niñas en el momento de ser
secuestradas o reclutadas a la
fuerza y que regresan con “niños
de la guerra” suelen sufrir el
estigma y el rechazo de sus familias
y sus comunidades debido a
la vergüenza que acompaña a la
violación y al nacimiento de
niños engendrados por los captores
de las niñas.”[1]
Hay censura en el viento.
Y parece frontera
la manera prohibida
en que el mundo me mira.
Ya lo dijo mi padre:
—Es mejor que te mueras,
a tenerte de pie
desangrando mi orgullo.
Desterrada de aldeas,
exiliada de estirpe…
ya no sé si quería
regresar a la noche,
o quedarme desnuda
en la tarde desnuda
que acompañaba al miedo…
Hay censura en tus ojos:
¡me declaran vergüenza!
Pobre quien no sabe
lo que es amar,
muriendo…
Carolina Ángeles
/soloheredia.blogspot.com
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