15/2/13

Detenido...



 Atrapado... estaba suelto en la ciudad...

11/1/13

La gaviota y el hombre.


Una balada de oro. 


Ninguna gaviota habla como el hombre
Y tiene dos alas y conoce el viento;
El hombre sin pico tiene las palabras;
La gaviota huele, locura y silencio.

La gaviota viaja por todos los mares
Sin el pasaporte, como viaja el hombre;
La gaviota hace el amor, no pregunta el nombre;
El hombre pregunta y sólo sabe el nombre.

Vamos a inventarnos, mi amor, las dos alas
Y pintarnos de blanco, mi amor, todo el cuerpo;
Dibujarnos un pico, mi amor, sin palabras
Y volemos, volemos, mi amor, las galaxias.

El hombre se vive, desviviendo la vida;
La gaviota vuela las orillas vivas;
El hombre no sabe; la gaviota en cambio
Sabe que el misterio es un niño sabio.

Vamos a inventarnos, mi amor, las dos alas
Y pintarnos de blanco, mi amor, todo el cuerpo;
Dibujarnos un pico, mi amor, sin palabras
Y cuidemos, cuidemos, mi amor, las galaxias.

Piero.




Yo renaceré!!






Romance del Conde Olinos.






Madrugaba el Conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar:
las aves que iban volando
se paraban a escuchar;
caminante que camina
detiene su caminar;
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.            
Desde la torre más alta
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
-Si por tus amores pena
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.


-¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar,
que si mata la conde Olinos
juntos nos han de enterrar!
-¡Que lo maten a lanzadas
y su cuerpo echen al mar!
Él murió a la media noche;
ella, a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,

unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco;
de él, un espinar albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan para a par.

Anónimo.