9/9/08

Algunas noches (Iván Solano)

Algunas noches la lluvia te puede tocar los huesos y la esencia de un perfume te puede revolver la memoria. Algunas noches un acorde de guitarra te puede dar un paseo a otro tiempo y un abrazo puede tener color.

Y viene una canción, viene una imagen, viene un momento y un sabor. Viene el sol en fotos, mis guitarras en la pared, los libros que no leo, el incienso que me da alergia, el cuaderno con garabatos. Y entre todo eso, escondida en donde no te veo, venís vos.

Y venís sólo para demostrarme que se puede extrañar a alguien que no se conoce pero aún así, hacés el insomnio grato si viene disfrazado con tu sonrisa y cargando las promesas que esperan ser cumplidas.

Y venís sólo para recordarme que donde manda corazón, no manda la razón, y que basta un segundo para grabar una mirada en la memoria y noches que no sé contar para borrarla. Venís para decir: no estoy, me voy, me fui, no esperés, no vendré...

Pasá, sentate en esta silla vacía para hablarte suave al oído, sólo quiero desordenar tu vida un poco, meterme en tus recuerdos, enseñarte cual de tus fotos es la que traigo grabada en la memoria y darte una razón para venir más seguido, para no irte así de pronto.

Subite a mi cama, afuera el mundo corre rápido, prometo detener los rejoles, repetir las noches que amaste, cantar las mismas canciones, todo, con tal de no verte partir.
Porque hay noches peores, noches en que me doy cuenta que mi tiempo llegó luego de tiempo y el tuyo antes de tiempo. Noches sin lluvia y sin sabor, noches de abrazos devaluados y garabatos sin tu nombre.

Porque es triste que vengas y te vayás para luego sentir que un te quiero no tiene eco. Pero aunque me canso de esas noches de verte venir y partir, prefiero eso a todas las noches en que simplemente no venís.

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